El impacto del asfalto en caliente en la calidad de vida de los peruanos
- Natali Dongo
- 21 jun
- 2 Min. de lectura

Más allá de su valor técnico, económico o estratégico, el asfalto en caliente tiene un impacto directo en algo fundamental: la calidad de vida de las personas. Cada metro pavimentado mejora la seguridad, reduce el tiempo de traslado, facilita el acceso a servicios y genera nuevas oportunidades para miles de peruanos.
En zonas urbanas, por ejemplo, el uso del asfalto en caliente permite construir pistas más resistentes y uniformes, lo que reduce los accidentes de tránsito en hasta un 35%, según datos de la Dirección General de Transporte Terrestre. Las superficies lisas disminuyen el desgaste de los vehículos, mejoran el frenado y reducen el ruido vehicular hasta en un 50%, lo cual tiene un impacto directo en la salud auditiva y el bienestar general de la población.
En sectores rurales o de difícil acceso, las vías asfaltadas pueden representar un cambio radical en la vida de las comunidades. Estudios del MTC muestran que una vía asfaltada puede reducir en hasta 3 horas el tiempo de traslado diario a centros educativos o centros de salud, especialmente en la sierra y selva peruana. Esto implica más tiempo para trabajar, estudiar o compartir en familia, mejorando el desarrollo integral de la comunidad.
Además, una buena infraestructura vial genera confianza y promueve el turismo. Regiones como Cusco, Arequipa o Áncash han visto un incremento de visitantes de hasta un 20% luego de mejorar sus accesos viales. Y con ello, llegan empleos, negocios, servicios, y se activa la economía local de manera sostenible.
El asfalto en caliente también permite una mejor planificación urbana. Su rápida aplicación y resistencia lo convierten en el material ideal para proyectos de urbanismo táctico, ciclovías, cruces peatonales seguros, y rutas de acceso a hospitales y colegios, fortaleciendo la inclusión y equidad urbana.
Por si fuera poco, los costos de mantenimiento de una vía asfaltada con mezcla en caliente son hasta 40% menores a lo largo de su vida útil si se compara con soluciones temporales o de bajo estándar. Esto significa más recursos disponibles para otras necesidades prioritarias de la ciudadanía.
Desde Avanasfalto, creemos que cada calle asfaltada es una historia de progreso. Es la mamá que llega más rápido a casa con sus hijos, el emprendedor que entrega sus productos a tiempo, el niño que puede caminar seguro hasta su escuela. Porque cuando hablamos de infraestructura vial, estamos hablando de personas, de futuro, de justicia territorial y de desarrollo real.
Por eso, impulsamos el uso de asfalto en caliente como una herramienta de transformación social. Un país con mejores pistas es un país con más salud, más educación, más oportunidades y, sobre todo, más dignidad para su gente.
Invertir en asfalto en caliente es invertir en lo que realmente importa: la vida de los peruanos.





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