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Asfalto en caliente: pilar para un Perú moderno, competitivo y conectado

  • Foto del escritor: Natali Dongo
    Natali Dongo
  • 21 jun
  • 2 Min. de lectura




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En el camino hacia el desarrollo, la infraestructura vial es mucho más que un conjunto de pistas: es el tejido que une territorios, acorta distancias y acelera el crecimiento. En este contexto, el asfalto en caliente se consolida como un pilar esencial para construir un Perú moderno, competitivo y verdaderamente conectado.

Un país con buenas carreteras es un país más eficiente. Según datos del Banco Mundial, los países con redes viales asfaltadas de calidad pueden ahorrar hasta un 25% en costos logísticos para el transporte de bienes. Esto impacta directamente en los precios finales de los productos, la competitividad de nuestras exportaciones y el crecimiento de las economías locales.

En el Perú, donde el 60% de las vías nacionales y departamentales aún no están asfaltadas, apostar por el asfalto en caliente es urgente. Su durabilidad y adaptabilidad a los distintos climas del país permiten garantizar infraestructura resistente y continua que reduce el aislamiento de regiones y mejora el acceso a servicios básicos como salud y educación.

Por ejemplo, estudios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones indican que la pavimentación de una vía interprovincial incrementa hasta en un 30% la frecuencia de tránsito de vehículos, lo que dinamiza el comercio entre regiones, estimula la inversión privada y crea nuevos polos de desarrollo descentralizado.

Además, una red de carreteras en buen estado puede reducir el tiempo de viaje en hasta un 50% en zonas rurales, mejorando el acceso a mercados, centros de salud y escuelas. Esto tiene un impacto directo en la calidad de vida y las oportunidades de miles de peruanos.

Desde una mirada macroeconómica, se estima que por cada S/ 1 invertido en infraestructura vial de calidad, el retorno puede ser de hasta S/ 3 en crecimiento económico, según estudios del BID. Y si se utiliza asfalto en caliente, ese retorno se maximiza gracias a su bajo costo de mantenimiento y su larga vida útil.

El uso de tecnologías modernas, como mezclas modificadas con polímeros y asfaltos diseñados para soportar temperaturas extremas o tráfico pesado, también posiciona al Perú como un país comprometido con la infraestructura sostenible y de alta calidad.

En Avanasfalto creemos que cada kilómetro construido con asfalto en caliente no solo es una obra terminada, sino una promesa cumplida con el futuro. Porque solo con caminos sólidos podremos construir un país más justo, más dinámico y más interconectado.

Invertir en asfalto en caliente no es solo una elección técnica: es una decisión estratégica para un Perú competitivo.


 
 
 

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